miércoles, 28 de noviembre de 2012

Diminuto mundo

Creció de lo indeseado, de lo que todo el mundo desprecia, creció de la negación. Vivió en la oscuridad, donde nadie puede ver nada en absoluto, donde se acaba la penumbra y comienza la ausencia total de claridad. Permaneció quieta, callada, esperando pacientemente. Hasta que una mano la arrancó de esa oscuridad y la condujo hacia el maravilloso mundo del color, de la luz, del hacer y del querer. Renació, resurgió y respiró hondo. Así pues, dispersó todo su color por el mundo, y vivió grandezas, en su diminuto mundo microscópico.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Pequeños sorbos azulados

Mientras esperaba se tomó su taza de te. Le puso 3 azucarillos, uno detrás de otro. Nunca los echaba a la vez, decía que no le gustaba sobrecargar tan de repente a una taza tan pequeña. Esperó, removió y empezó a beber muy lentamente, a pequeños sorbos, podías escuchar como el líquido se filtraba por entre sus cortados labios mientras seguía esperando en aquella cocina azulada.

sábado, 10 de noviembre de 2012

El solitario desierto de la ciudad





El solitario desierto de la ciudad, a la espera de niños con ganas de jugar, se queda vacío una vez más.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Otoño





Llegada la nueva estación, paseamos tranquilamente por el camino que nos guía. Llegado el otoño, acarician las hojas al suelo, reinan los días donde el sol se esconde entre nubes mientras corren valientes las primeras gotas de lluvia. Caen las hojas lentamente, guiadas por el viento que susurra al verano que ya llegó su fin y que, poco a poco, con el transcurro de los días va avisando al invierno a que cubra con su abrigo toda la ciudad, a que tape con su manta todo cuanto pueda alcanzar. Se siente el frío, llega ya.