jueves, 29 de marzo de 2012


Ondeaba al viento su rizada melena mientras esperaba mirando al infinito vislumbrar entre las agitadas olas, al que ella llamaba, su mejor compañia. Esperaba sentada entre rocas moldeadas por la fuerza del agua en tiempos remotos. Siempre regresaba a la misma hora. Y cada día de cada semana ella bajaba quinze minutos antes por si casualmente se adelantaba. Cogía su toalla, y en el mismo lugar la extendía luchando contra el viento para después relajarse encima de ella y dejarse acariciar por la brisa de las cuatro de la tarde. Había preparado té. Siempre preparaba te.

sábado, 17 de marzo de 2012

Florece



Impecables se abren a deshora, cuando el tiempo lo pide sin
exigir puntualidad. Cada año como ninguno regalan aromas y paisajes teñidos de
un blanco tan puro como la nieve. Aquí y allí, arriba y hacia abajo buscando un
rayo de sol primaveral. Anuncio de la nueva estación naciente, las primeras
flores se anticipan, las últimas corren por alcanzar a las primeras. Y siempre
hay algún rezagado que ve como su hermano deja ya caer los pétalos de sus
hermanas las flores al suelo verde de fertilidad. Dicen que sus pétalos son las
lágrimas de una princesa, o que su cuerpo es el poder de un rey al cumplir el
deseo de su hija. Dicen de ellas mil historias, aun quien más habla es la
belleza que desprenden sus alas, blancas al sol, alegres al cielo y rosas de
corazón. Distrayendo a las abejas viven ellas, felices entre ramas. Dilucidando
entre el frío y el calor del inestable febrero se despojan de los frutos, las
ramas perecedoras de tan pesada armonía, que pronto caerá para dar paso al
verde que ansía la vida.Ya llegaron mis almendros en flor, ya llegaron como se
fueron hoy.