Carraspeo los dientes y los dedos se me agarran bien fuerte a la silla. Voy tentando a la suerte sentada sobre el lecho de la muerte. Mientras el sol va colándose por la ventana, me levanto lentamente sin saber bien cómo ni porqué y me dirijo directa al abismo del día tras día. Cuando se olvidan los deseos y vuelve la amargura del presente, cuando perece el corazón destrozado por la química del ayer, cuando hoy no es más que el reflejo de un ayer que se olvida lentamente...
domingo, 26 de agosto de 2012
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