miércoles, 28 de noviembre de 2012

Diminuto mundo

Creció de lo indeseado, de lo que todo el mundo desprecia, creció de la negación. Vivió en la oscuridad, donde nadie puede ver nada en absoluto, donde se acaba la penumbra y comienza la ausencia total de claridad. Permaneció quieta, callada, esperando pacientemente. Hasta que una mano la arrancó de esa oscuridad y la condujo hacia el maravilloso mundo del color, de la luz, del hacer y del querer. Renació, resurgió y respiró hondo. Así pues, dispersó todo su color por el mundo, y vivió grandezas, en su diminuto mundo microscópico.

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